Hábitos perjudiciales
Algunos de los hábitos que repetimos día tras día podrían estar perjudicando a nuestro suelo pélvico, y aunque no tengas ningún síntomas en la actualidad puede que con el paso de los años estos aparezcan.
En nuestro día a día solemos coger pesos, sentarnos con malas posturas o empujar para defecar u orinar. Pequeñas cosas que hacemos de manera repetida sin darnos cuenta .
Tener una mala postura no solo repercute en dolores de espalda frecuentes, también hace que los músculos del suelo pélvico estén débiles y que cuando deban responder a los aumentos de presión en el abdomen (correr, toser, cargar pesos) no puedan hacerlo correctamente.
Si por tu trabajo tienes que cargar pesos o te gusta practicar deportes que implican levantamiento de grandes pesos es muy recomendable que aprendas como activar el trasverso del abdomen y el suelo pélvico en conjunto, para que los aumentos de presión recaigan sobre el sacro (estructura ósea, preparada para recibirlos) y no sobre tu periné (estructura muscular, más débil).
La tendencia a empujar cuando orinamos es muy habitual, y sin embargo debemos relajar la musculatura y no empujar.
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